viernes, 21 de octubre de 2011

Pequeño alien.


Mi niño.
Te miro y sonrío.
Tus ojos
entre tierra y cielo,
cerrados dulcemente
entregados al sueño.
Los rizos rojizos
de tu pelo,
la postura de tu padre,
la boca entreabierta
herencia de tu madre.
Con tus mejillas sonrosadas
puedes dar envidia
a un campo
de rojas manzanas.
De lo físico
mucho podría decir,
mas lo realmente importante
es cómo me haces sentir.

Mi niño.
Mi vida.
Una sola de tus sonrisas
es la alegría
de mi día.
Cada gesto, cada sonido
mientras señalas con el dedito
es lo que a mí
me da sentido.
¿Qué sería de mi existencia
si no estuviera tu presencia?
Sé que eso pasará,
es ley de vida,
por eso quiero disfrutar
del día a día.
Quererte.
Besarte.
Todo el cariño que te mereces darte.
Cuando naciste reí,
cuando te llevaron lloré.
Ahora que estás conmigo
siempre te querré.
Prometo cuidarte,
intentar entenderte,
si tú quieres... guiarte
pero, sobre todo, quererte.
Prometo respetar tu libertad
y prometo recordar esta promesa
y hasta el fin de mis días
ser fiel a ella.
Y si, en algún momento,
como ser humano imperfecto
te faltara al respeto
dos frases saldrán de mis labios:
Lo siento
y
Te quiero.

Mi niño.
Mi 


Mi hijo.vida.

3 comentarios:

  1. Julia gracias por tu comentario...

    Te sigo

    Besos

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  2. Que linda entrada :) Gracias por pasarte por mi blog! Un beso

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  3. Que linda poesia. Como madre me identifico con tus palabras. Te sigo.
    Hasta muy pronto!

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