Es una chica muy sencilla, imparte clases en un instituto llamado Safa, Nuestra Señora de los Reyes, el instituto de su barrio. Siempre ha sido muy buena estudiante y lo que más le gusta son las humanidades y como decía antes la música: toca el violín de forma preciosa y muy sentida. Era ya una famosa profesora de violín e instrumentista reconocida internacionalmente. Vive con sus padres y su tita abuela Pilar que siempre la apoya en todo, con consejos, charlas, vivencias y con la sabiduría de la edad.
Un día llegó a su casa una carta en la que se indicaba que se buscaban niños y niñas para entrar en el conservatorio de su barrio pagando un poquito, muy poquito dinero, que sería destinado a los niños del 3ª mundo. Buscaban también nuevos profesores que infundieran un espíritu especial al nuevo proyecto. Ella aceptó participar y colaborar ante la idea de esa iniciativa tan humana. Cuando se levantó fue con su tita a la prueba. Ana toco varios estudios de violín ante los profesores y alumnos.
Le dijeron que le enviarían las respuesta por carta. Con enorme sorpresa Ana recibió al día siguiente la carta y fue corriendo a abrirla.
Decía: "Le queremos comunicar que usted ha sido admitida con la mejor nota de todos los profesores presentados."
Ana sintió una sensación plena de alegría cuando lo leyó y no pudo negar que su emoción era intensa y profunda.
Pasados dos días Ana cumplía 22 años, En ese preciso día y de repente su tita murió dejando en Ana una sensación de profunda tristeza y soledad. Para más inri también le dijeron que el edificio donde se ubicaba el Conservatorio cerraría por una penosa y lamentable falta de presupuestos para su mantenimiento.
A Ana le pareció una lamentable noticia, "maldito dinero" pensó en su interior. Tanto le gustaba ese edificio y tantas eran las ilusiones depositadas en su futuro que decidió comprarlo y construir algo allí.
¿Qué podría ser? No es difícil imaginarlo.
Pasado el tiempo, cuando las obras ya estaban terminando, su madre le preguntó:
-¿Hija mía que vas a construir aquí?
-Pues tengo pensado montar un conservatorio que mantenga la historia del anterior y siga siendo un lugar de amor y belleza, como la música misma.
-¿Y cómo se llamará?
-Se llamará Conservatorio de los Pilares. En honor a la tita Pilar, mi apoyo en todos y cada uno de los buenos y malos momentos de mi vida y como referencia a la fortaleza que mantendrá para siempre ese lugar como símbolo de arte, sensibilidad y humanidad.
El sueño se hizo realidad.
es muy bonita la historia
ResponderEliminargracias por seguirme
Tambien te sigo preciosa ! Besoss
ResponderEliminarhttp://comounapricesa.blogspot.com/